Historias de metro
Esta es la historia de el y ella Se encontraron en el metro, una de esa historias del destino. Ella se enfrentó –¿tú que haces aquí? Él solamente respondió- ¡voy a casa! -Ah y ¿ por qué te cambiaste de vagón esta tarde que te vi? Él dijo- no sé, había mucha gente -Bueno, es que pensé que te habías cambiado de vagón por mi -No nada de eso, ¿cómo crees? -Yo se que si, me veías …cuando fijé la mirada incomoda en ti decidiste irte ¿por qué? El pobre jovenzuelo intento negarlo pero resultó poco creíble -Bien yo no creo en el destino encontrarte una vez, dos veces pero esta es la tercera vez que te encuentro hoy , no puede ser, resolvió ella. Mientras la chica con los cabellos revueltos, pestañas rizadas y mejillas ruborizadas veía tímidamente a aquel chico con pelos lagos hasta los hombros, tez morena y sonrisa blanca , le preguntó -¿Por qué te saliste del metro y te fuiste a otro vagón? No se por qué pero en el fondo sé que fue por mi, por eso tengo el valor de enfrentarte ahorita El chico , no pudo negar la que aquella jovenzuela de cabellos revueltos le gustaba y solo le dijo modestamente -esta bien, me puse nervios y me fui¿ contenta? La chica con aires de certidumbre continuó: -¿Qué lees? -Es un libro de historia, y ¿ tú que escribes en ese cuaderno? La muchacha volteó con indiscreción a sus notas , a las que yo imprudentemente intenté leer a la distancia pero fracasé gracias a mi miope lectura. -siempre escribo como me siento -ah que bien ¿Y cómo te sientes hoy? -Pues, llevo unos días sintiéndome rara, no se como explicarte pero estoy rara –dudo súbitamente- Si rara, rara un poco rara, es todo. Después de este momento tan perfecto se me ocurrió echar a perder el acontecimiento incómodo e intervenir con una pequeña frase tierna (arruina momentos) -Hay son muy lindos- dije yo Ambos personajes desconocidos voltearon a verme con una risa penosa y entre ellos note una mirada de cobardía. Tras unos segundos ignoraron lo antecedido y siguieron su conversación. -¿Dónde vive tu? -Mucho más allá de consti por….(lo siguiente fue inaudible gracias a los pitidos inevitables de metro) -Ah muy bien El muchacho parecía sorprendido ante el valor del cual se apropió la chica para finalmente confrontarlo y charlar con él fuera del CCH VALLEJO. Por lo que pude entender ella pertenece al 6to semestre , mientras que él al 4to, siendo ella más grande comprendí su gallardía de arrojarse a él sin temer a perder, lo cuál me pareció , honestamente, bastante atractivo en ella. Si bien el encuentro casual puede parecer como cualquier cosa que sucede a diario en esta gran ciudad del Distrito Federal, personalmente me pareció un acto de nobleza, un acto sutil de bravura al que tuve el honor de ser una invitada inocente. Después de una breve conversación a la que no tuve la oportunidad de escuchar con atención, ella le cuestionó: -¿Has bebido? Porque los ojos pequeños con los que me ves delatan que has bebido -El respondió firmemente-no he bebido, quiero decir, no mucho… A lo que la joven alegó: -Ah entonces fumas¿ no? Entre risas cohibidas el chico explicó: -Un poco de eso y lo otro La joven de pelos erizados sin vergüenza le contó: -A mÍ no me gusta el alcohol, o por lo menos no el efecto que causa en mi, asi que no me gusta Por lo que el chico hábilmente le preguntó: -Entonces también ¿eres de las que fumas más de las que toma? -Si definitivamente me gusta más fumar la hierba que emborracharme, eso no me va Mi parada de metro se aproximaba, aunque de vez en cuando ellos volteaban a verme con retraimiento yo sonreía por haber sido testigo de aquella conversación.
A veces nos olvidamos que las cosas más valiosas en nuestras vidas sobrevienen de la forma más natural y que desencadena una serie de eventos posteriores que buenos o malos están destinados a ser: ANICHA, ANICHA , ANICHA…